Seis músicas escritas na cidade de Lisboa no outono de 2016.
Sentimentos, saudades e Lembranças do Portugal.
A brisa do Atlântico.
Para escuchar y descargar libremente:
http://www.nievla.bandcamp.com
pOESÍA, eSCRITURA & sONIDO
Seis músicas escritas na cidade de Lisboa no outono de 2016.
Sentimentos, saudades e Lembranças do Portugal.
A brisa do Atlântico.
Para escuchar y descargar libremente:
http://www.nievla.bandcamp.com
Rotos. En medio de la nada. La incomunicación.
Dosis de apariencias que destrozan todo.
Frágiles susurros, a gritos en ramas caducas.
Armarios con trajes que no visten nada.
Nada más que miseria, la inocencia nos ha abandonado.
La ley del más fuerte, puñetazos y rencor.
Miradas suicidas. Es todo lo que nos queda.
Resquicios violentos de la sumisión.
···
Cómo ser feliz en un mundo de llanto. Cómo ser salud en una realidad enferma. Enfermados por la dosis del poder de tantos, ahogadas en nubes de esclavas y multitud. Incivilizadas, la barbarie del romance interno, el otoño acecha a la llegada de la tempestad. Las danzas del pulso y un ritmo constante. Ni siquiera tengo fuerzas para un nuevo baile.
La derrota agonizante del silencio inmóvil, entre parches y cadenas, rostros pálidos sin brillo. Metafísica del cuerpo y de las emociones, comercializa la carne, vende sus pasiones. La noción de tolerancia, paz de un ser violento. Una esfera sin retorno en un giro de dolor. Cuchillos rozan mejillas, huele a martillazos, las astillas arden dentro de este corazón, que no encuentra un sitio honesto en este paraje, asolado por el miedo y la devastación. Ceniceros de rutinas envenenan todo, asfixiadas por el humo que enciende el instante. Las caídas sobre el hielo queman los rincones, ni siquiera tengo fuerzas para un nuevo baile. Fracturadas por el golpe de la realidad, quisimos ganar la guerra pero tu no estás.
···
Las sábanas se están pegando al tacto,
escenas amargas sin final feliz.
Retratos que algún día nos dijeron algo,
las canciones infinitas que me alejaron de ti.
Hace demasiado frío para no soñar contigo,
vértigo con pesadillas si no duermes a mi lado,
las caídas congelaron el interno estío,
seguiremos rotas si no hacemos algo.
Fracturadas, frío, hielo, grietas…
El próximo jueves 29 de diciembre tenemos esta jornada para apoyar la distribución anticomercial y de ideas libertarias en el CSA La Ortiga de Valladolid. Estaré tocando algunas canciones en formato acústico junto a mi amigo Provocación al Incendio que llega desde Barcelona para ofrecernos un poquito de rap iconoclasta. [provocaciónalincendio.bandcamp.com]
Habrá comida vegana y puestos con libros, fanzines y propaganda anarquista en general.
Valora el tiempo que luego pasa. Que pronto duele, enseguida abrasa. Tu tan azul, yo tan naranja, con su acidez, con su fragancia. Rugosidad, guardando el gusto, la suavidad del río y fluyo, instantes grabados a fuego, ralladas, plasmas en el tintero. Cristales rotos hay por el suelo, de aquel tarro con sus comeduras, diciembre llega esperando a enero: ¿Qué nos traerán nuevas aventuras? Bailando duro, como la Pina Baush, las canciones de siempre resonando en la mente, un teclado desgarra el cerebro a pedazos, las válvulas del hammond son como un buen abrazo. Amanecer bailando, nuestros cuerpos conectados, yo no hablo de evadirse, yo no te hablo de gramos. Te hablo de la pasión que destila el movimiento, te hablo de darlo todo como un último verso. El caos es bello, entretanto orden, ropa en el suelo, que no desborde. He malgastado noches de insomnio, y no lo dudes, es mejor sobrio. Con la falsedad de cada trago, cientos de máscaras en cada sábado, no decimos nada más que mentiras, y mientras tanto, pasa la vida. He malgastado noches de insomnio, soñando con estar a tu lado, cientos de noches que he malgastado, y no te encuentro en ninguna parte. Café de lunes, luz en la cara, te veo de nuevo, diez de la mañana, tráfico denso, vidas de mierda, rutina vuelve, nueva semana. Ahogados como pez en el barro, autómatas en un laberinto, ¿Te he dicho ya que reventé el tarro?, espero que siempre quede instinto. Me bastan más unos buenos actos, que muchas letras y habladurías, con más pasión, miradas sinceras. Me aburre tanto la teoría. Viviendo adelante y con alegría, derribando muros y lamiendo heridas, el invierno llega como la inspiración, el frío congela dentro de esta habitación. Rompe las cadenas, libera tus miedos, mata al policía que llevamos dentro, la razón me frena, me quema el orgullo, que nadie te impida vivir lo que es tuyo. Y los años pasan, la gente abandona, unas ya petaron, para otras era moda,y yo me pregunto qué será del resto, dentro de unos años ¿Que haremos haciendo? Miedo a la derrota, miedo al aislamiento, pero las ideas siguen vivas aquí dentro. Miedo al aislamiento, comiendo cemento, miedo a acabar solas y a melodías sin notas. Me bastan más unos buenos actos, que muchas letras y habladurías, con más pasión, miradas sinceras. Me aburre tanto la teoría.
Sopa de miso, a fuego lento es este guiso, que reconforta mis adentros, puro movimiento. Tu eres mi ying, yo soy tu yang, macrobiótica esencial de nuestra horizontalidad. Gente preciosa, esa brujas de la meseta, risas y amor, bailes en bicicleta. Berenjenas gratinadas hoy para la cena, perreando sin prejuicios por las calles de pucela. Con estilo y mucha cumbia, rebelión hortera, dale prima échale ganas, se viene la gozadera. Que si chacho, más pedales y menos motor, si no podemos bailar no me hables de revolución. Nunca olvidaré aquellas palabras, las de mi vecina en una noche de San Juan, crecimos jugando en el barrio de las Batallas, y ahora aquí juntas libramos batallas para avanzar. Ejemplo de lucha, de tirar para alante, con ovarios, contra un mundo, desafiando su poder, cuestionar lo existente, rechazar lo dominante, despertar sin la certeza de que podremos vencer. Contratiempos sincopados, sin mirar para otro lado, chicas rudas, chicos rudos, construyendo barrio. Y por si alguien tenía dudas: emo es punk, pijo es basura, haciendo algo verdadero lo de la contracultura. Aquellas que un día hicieron lazos por unas ideas, compartimos mil historias conspirando en la cencella, hicimos mil fotocopias para dejar de ser copias, del rebaño, de la masa, para brillar con luz propia. Las colegas exiliadas del desierto castellano, la unión que un día forjamos que dure por muchos años, esos punkis de Tetuán, veganismo y humildad, me enseñaron que el hardcore nunca será aparentar. Ideas de rebelión para destruir el poder, pues aquí siempre negamos de callar y obedecer, indagando o sembrando, semillas en el asfalto, las ortigas por las calles poco a poco van brotando. Doble o nada es nuestra apuesta, insurres de fiesta, ideas en las cabezas que ahora ya no llevan crestas. Dime qué es lo que puedo hacer, como podremos vencer, tantos son los rostros que tiene el poder. Las fuerzas libres del interior de las pasiones, el ruido bello que suena en vuestros corazones, un mundo lleno de apariencia y escasez de acciones, aquí no hay maquillaje que oculte los moratones. Muchas nos decían que era temporada, que se pasaría pronto la bobada, pues aquí seguimos, mírame a la cara: la vida que elegimos no la cambiamos por nada.
Me quema tanto este fuego que arde por dentro, cómo explicarlo si no lo encuentro, mi mejor aliado hoy es un cuaderno, rimas, bocetos, palabras, muchos recuerdos. Romper una nueva página del calendario, pasan las semanas y no hallar solución. Me jode tanto no haber alcanzado nuestros sueños pero a pesar de todo rendirse no es una opción. Demasiado café para estos días agitados, colega de nuevo en la city, luces de navidad, y que decir si las musas me han abandonado, es tan difícil encontrar algo real. Sonidos que me atrapan, la jungla entrando en casa, ralladas como discos esperando venganza, intentar devolver los golpes que desde crías recibimos, tantas mañana sí, así crecimos. Bailes sinceros, no adulterados, las niñas quieren jugar en el patio, trazos de tinta en muros guardados, pasan las horas viviendo oxidados. Polos opuestos, vidas de mentira, elegir disfraz que acompañe tus días, lágrimas que duelen, escuece la herida, cabeza bien alta sin perder la vista. Niebla y cencella, Valladolid, es el futuro, lo veo gris, el optimismo contra la indiferencia, la calma, los nervios, perder la paciencia. Te echo de menos, pasan los días, y estas canciones reflejan mis heridas, cerebros rotos en cien mil pedazos, la lluvia moja, hoy pesan los brazos. Mutando, riendo, fluyendo, bailando, ponte otra vez ese tema que van a arder estas suelas, sentir cada paso, las hostias, los fracasos, en un mundo de egoísmos son escasos los abrazos. Vibrar frecuencias de una guitarra, buscar entre tantas la nota exacta, sonidos que me arropan en días oscuros, el abismo, el desierto, buscar esperanza. El reflejo del espejo en cada mañana, despertar perdido buscando tu cara, ¿persigues tus sueños o en ellos te persiguen a tí? Son esas cositas las que no me dejan dormir. Animales encerradas, gente muriendo sola, amigas que se fueron y así pasan las horas, esquemas que condenan con golpes y castigos, presas comiendo rejas, niñas buscando cariño. Torturas y amenazas, persiguen las ideas, cientos de enfermedades con causa en tu nevera, el verde muriendo, la tierra agonizando y tú solo te preocupas por votar este domingo. Hambrientos rezan buscando en la basura los restos de un sistema que sangra y no sutura, se siente la tristeza, se palpa la locura que ellos mismos crearon ahogadas en facturas. Condena asalariada, callando desde crías, tragar con lo que venga y darse por vencidas, así nos enseñaron a aceptar todo esto, dos días de borrachera para soportar el resto. Lágrimas en silencio, mentiras tras pantallas, aislamiento, represión, y esto no estalla. Son tantos siglos perpetuando el control que es tan difícil escapar de esta prisión. Pastillas que disfrazan y ocultan la raíz, gente llorando sola que aparenta ser feliz, el propio cuerpo ya no nos pertenece, y encima te parece tu enemiga quien desobedece. Deberíamos tomarnos un poquito más en serio, ir a por todas, que el miedo hoy lo sientan ellos. Nos han hecho creer que no somos capaces, haciéndonos aceptar ver verdad en los disfraces, que nos venden. Me pregunto por qué aceptamos todo esto, si en el fondo lo detesto, tanto yo como el resto, me pregunto por qué aceptamos todo esto, si en el fondo nos repugna, tanto a mí como al resto.
Encontré la inspiración en lo que compartimos, momentos para avanzar en nuestro camino, el amor que enciende el fuego que nos conecta, la llama salvaje que nos alimenta. El odio hacia quienes nos domesticaron, sus valores, sus cadenas que sonrisas arrebatan. La belleza la encontré en vuestras miradas, no en escaparates ni en sus mercancías. Coraje y orgullo en momentos duros, afrontar los golpes que tocan profundo. Avanzar en estos días, cuidando nuestras heridas. De nuevo vuelvo a perder esta batalla infinita, otra vez me equivoqué y en la piel tiritas. Febrero es efímero, el frío nos atrapa, las calles vacías, la gente en sus casas. Cansados ya de dar tantas vueltas, tantos pasos, es jodido vivir siempre anclados en el fracaso. Ya no se que hacer, desmotivación, solo en el andén de aquella estación. El tren de la vida, colgando de un cable, saltos al vacío en este engranaje. Nómadas sin prisa, el fuego y la risa, la pólvora estalla, destruye sus normas. Vallas, vayas donde vayas, solo veo vallas allá donde pisas. Vallas, vayas donde vallas, solo veo vayas y pocas sonrisas. Un rumbo entre tantos, uno más del rebaño, me escondo en el bosque, cansado del pasto. Ostias en bici que no admiten fracasos, me quemó el asfalto. Cuesta abajo y sin frenos, en plan suicida, como caídas en sueños que por suerte olvidas, laberintos de hormigón, puertas que se giran, barreras invisibles que bloquean la salida. El anhelo de tus ojos y su delicado enfoque, momentos de choque. Poder vivir poesía y no quedarnos con la prosa, que veo gestos guapos y muchas cositas bellas, en vuestros corazones, que brillan como estrellas, que eres capaz de tanto si pones empeño y fuerza. Confío en la gente, a pesar de todo, siempre hay muchas trabas pero es lo de menos, es lo que me inspira, me mantiene lleno, al menos diremos que con fuerza lo intentamos. Mi patria mi gente, por ellas a muerte, yo no creo en más nación que la de mi mente, seguimos para alante, bailando entre niebla, no tenemos suerte pero eso qué importa, si os tengo a mi lado. Las cicatrices nos recuerdan que el pasado fue real, y tu rostro me demuestra que esto mereció la pena, a veces me como el mundo y otras la fragilidad me golpea por segundos y me convierte incapaz de enfrentarme a los problemas que la vida nos plantea, con sus ritmos, con sus dogmas, con sus normas y demás, dar la cara ante el abismo no es algo que sea sencillo, pero mirar a otro lado me revienta mucho más. Átomos sueltos, vidas paralelas, buenos momentos y también secuelas, interconectados, focos de lucha, la autonomía de quienes se escuchan. O al menos lo intentan. Vivir deprisa, sin hacer amagos, cabezas rotas, recuerdos helados, aquellos días esq tras la capucha el misterio guardas, esos secretos que el silencio atrapa. Fue divertido volver a verte, siete de febrero día de la buena suerte. Por la mañana despierto, buscándote en la oscuridad, por la mañana resisto a los golpes de la gravedad, huelo tu hueco y te pierdo, y me jode que no… Esos conciertos, con esa gente, seguir creciendo, es diferente, los años pasan y aquí seguimos, bien cabezones y resistimos. La verdad que con amor, con cariño de corazón, desmontando privilegios de nuestro oscuro interior, la verdad que aquí seguimos. ¿Dónde acabará el camino? y ¿qué vendrá?
Dudo de quien soy, apenas me reconozco, frío en la mirada sobre ese espejo roto. Escribir con sangre historias vacías, el papel en blanco, llenarlo de vida. Antropología de una circunstancia, secretos a voces, sutil la fragancia, rincones perdidos de esta inmensa ciudad, la filosofía de nuestra ignorancia. Escaleras, adoquines, bajadas sin frenos, en escenas cotidianas siempre nos caemos. Cuesta levantarse pero es necesario, tanto como respirar, romper calendarios. Aún queda un poco de luz entrando por la ventana, date prisa, coge fuerzas que pronto se acaban. Muchos son los golpes, muchas las patadas, tanto lo bueno y lo malo siempre deja marca. Hoy quiero salir un rato a quemar el día, buscar en contenedores algo de alegría, tantas historias cruzadas, tantas vidas solapadas, tantas lágrimas en vano que recorrieron mi cara. Pasar páginas de libros buscando algo nuevo, el consuelo es insaciable, menos mal que aún nos queremos. Mi cabeza me susurra que jamás los venceremos, pero mi corazón grita, dice que resistiremos. ¿O es al revés? Ya no lo sé. Perdí la cuenta de las veces que me pregunte el porqué. ¿O es al revés? Ya no lo sé. Perdí la cuenta de las veces que a mí mismo me busqué. Y no encuentro el brillo en las que siempre aceptaron el oro de sus cadenas, de sus mentes rectas. Es un viaje complicado, miles son las puertas, para escapar de esta cárcel en la que nos educaron. Frases en folios mojados, de un otoño seco, esta vez el sol me ha dicho que prefiere estar despierto. Las canciones que escuchaba, grabadas en el cerebro, que añora viajes sonoros por aquellos discos viejos. Venga, coge tu equipaje que hoy empieza un viaje, no importa el destino, sáltate el peaje, una despedida es un nuevo comienzo, supera tus líneas, siéntete salvaje. Rotos, por fuera y por dentro en cien mil pedazos, resquicios de un mundo en el que siento que no encajo, demasiados días en los que me vine abajo, menos mal que tengo amigas, siempre quedan los abrazos. Construimos día a día, pedazitos de anarquía, las historias de los nadie, trazos de la autonomía. Autocomplacencia, dime si no es poco el reto, recuerdos en blanco y negro, los relatos de una vida. Vidas clandestinas construyendo sueños, a veces me siento grande y otras muchas tan pequeño, mi corazón me susurra que jamás los venceremos pero mi cabeza grita, dice que resistiremos. ¿O es al revés? Ya no lo sé. Perdí la cuenta de las veces que me pregunte el porqué. ¿O es al revés? Ya no lo sé. Perdí la cuenta de las veces que a mí mismo me busqué.
Ya no diré adiós, mejor hasta luego, pues se que algún día nos encontraremos, de nuevo. Cada una marca un rumbo y dibuja su camino, la nostalgia del adiós alimentó el mío. Gracias por haber estado ahí, por hacerme sonreir, por todos esos momentos que quedaron para siempre, el álbum de los recuerdos que se graba ahora en la mente, por haber formado parte de mis horas y mi tiempo, por compartir los momentos, por dejaros el aliento, por construir juntas un mundo de ideas en movimiento. Por vencer al aislamiento, romper vallas y cemento, de la celda de esa cárcel que todas llevamos dentro. Sobran palabras en el intento de esto que sale desde el corazón, chavalas rebeldes, chavales honestos: días de guerra, noches de amor.
Caminos
Una carta que nunca llegó a su destino. Reflexiones y sentimientos para los días que corren. Una retrospectiva de lo que somos pero también de lo que no pudimos ser. La lucha por mantenerse en pie, por dar calor a este frío industrial.
«Querido mío, hace meses que no nos vemos. Las semanas pasan despacio y apenas puedo moverme. Necesito escribirte, porque hoy es un día especial y mañana no sé donde estarán estos huesos. Quisimos ser algo pero nos olvidamos de lo esencial. Por suerte, querido mio, hoy amanece otra vez más, en una ciudad sin cariño, rodeados de fábricas, edificios, grandes avenidas y rutinas desquiciantes que nos roban lo poco que nos queda de cariño e inocencia. En este viaje de ida y vuelta, con muchas derrotas pero también alguna que otra sabrosa victoria que guardamos en alguna vieja maleta, entre calcetines usados, relojes rotos y cartas que nunca llegaron a su destino. La guerra siempre ha existido, por mucho que los disfraces de tu corazón intenten hacerte creer que jamás hubo ninguna. El lenguaje se ha esfumado, las palabras ya no nos pertenecen, y quizás, jamás nunca lo hicieron. Quien construye las frases construye el poder. Pero tampoco quisimos hablar el mismo idioma, pues sus vacías sentencias apenas decían nada a quienes tuvimos otra meta que la de comportarse como una más de esta cadena».