Refugio

Cámbiame la vida para siempre, me dijiste una vez,
más no te hice caso pues a mi pesar.
Los huesos de esta mente se torcieron sin saber
qué pasaba en los adentros de su malestar.

Adheridos a un esquema que no deja ver
los escombros del pasado más allá del susto.
Invisible la elocuencia, me asombraba al parecer
que ya nada nos sirviera para este discurso.

Refugio, vuelvo a redactar,
el dique se alimenta de retratos sucios.
Apego, lo deseché al crecer,
sentía que no iba siguiendo su curso.

Deslumbrar, conversación a oscuras,
convenzo a los instintos para que me hagan caso.
Susurro, se condensan las dudas
adscrito a la locura del propio fracaso.

Tropiezo y no es la primera vez,
diluyo las caídas en mi propio vaso.
Parece que vaya a echar a arder
la leña se secó y ya te has marchado.

Décadas de alas prohibidas, búsqueda en cada rincón,
duermo en la guarida que es mi solución.
El lugar donde contemplé la paz de esta niebla gris
que desfila en la ciudad.

Olvidé tus ojos, ya ni los recuerdo,
desearía que tu brillo me alumbrase un poco más.
Comenzando un estribillo para seguir cuerdo,
anhelando un campo abierto donde poder caminar.

Verano a la vuelta de la esquina,
las piernas contra el aire, pulso en la retina.
Miradas que dicen tantas cosas,
interpreto el trayecto de tus mariposas.
O las mías puede ser, perspectivas del ayer,
conservar a las amigas importante ¿no lo crees?
Relaciones, compromiso, son la base de este todo,
el truco del laberinto para no cruzarlo solo.

Brota, lanza la pelota,
balones fuera es fácil pero deja el alma rota.
Construye, no parches, cose duro,
firmeza en el camino, proyección hacia el futuro.

Presente, presencia de contexto,
me encuentro otra vez solo escribiendo un nuevo texto.
Semillas, rompiendo el pavimento,
deambular en mi nada de escondites de cemento.

Poesía, me pierdo,
las nubes, tu cuerpo,
desearía tu tacto
llenando mi aliento.

*Leños perdidos que el mar anega o levanta*,
polvo del pasado en la maleta almacenada.
Recojo despacio el desván de mis puñaladas,
a lo lejos yace mi nave estancada.

Añicos sus esquemas, las sirenas callan,
por sal en sus estruendos de este océano en calma.
El cielo nos resguarda la tormenta es dura,
pero en cada universo mi estrella es tu casa.

*No me dejes nunca más perder lo que he ganado
pues derrotas hay de sobra tiempo en mi navío,
decorando las aguas de este mar enloquecido
con las hojas de tu amor en este otoño enajenado.*

*Referencias a algunos poemas devastadores de Lorca y Cernuda