Resquicios de junio

julio

Valora el tiempo que luego pasa, jugar con fuego a veces te quema, platos vacíos, neveras llenas, tragos amargos para la cena. Arrastrados como mugre, por el suelo, gatos callejeros escondidos entre coches. Hace ya unos meses que me perdí en este juego y encima me lo recuerdas revolviendome las noches. Pierdo el tiempo pensando en mil movidas, pisar suelo y tierra siempre es complicado, nada más efímero que aquellos días, demasiado intensos, demasiados. Crecí jugando en estas calles que hoy observo tras la ventana, soñábamos con volar libres pero se nos quedó en las ganas. Abrazarse a uno mismo es lo poco que nos queda, tampoco me visitaste en esta primavera. Las plazas sueñan, gritan, ríen, lloran, la piel resiste al paso de las horas. Existencia existencial, el futuro en el abismo, junio se acabó, el reloj corre deprisa, hacer falta amor, hace falta risa, menos delegar, más hazlo tu mismx. Vibran los oídos, pitan sus latidos, dolor en las piernas, eso es estar vivo, mucho mucho sol para poca claridad, ganas de saltar a pesar de tropezar. Historias tristes como canciones de Eskorbuto, la libertad de construye minuto a minuto, que el futuro es incierto y nadie sabe que vendrá, miro al horizonte, ganas de pelear. Agoté todas las cartas en una partida muda, lenguas que en silencio callan y prefieren no escuchar. Ciegos que esquivan miradas, candados que encierran dudas, el mensaje de esos labios que no supe descifrar. Puñaladas desangran lo que queda de paciencia, la soledad de quienes forman resistencias, que sin mirar se vive más tranquilo pero callar nunca me pareció divertido. Apenas quedan palabras ya en el diccionario, se escaparon ayer corriendo tras la ventana, calle abajo las persigo, nos las puedo alcanzar. Poesía en Nueva York, a ritmo de trompeta, la densidad sonora, vanguardias de profetas, el ritmo de una lucha, el pulso de una vida que no se quiere parar.