Menos mal que tengo amigas

amigas

Sopa de miso, a fuego lento es este guiso, que reconforta mis adentros, puro movimiento. Tu eres mi ying, yo soy tu yang, macrobiótica esencial de nuestra horizontalidad. Gente preciosa, esa brujas de la meseta, risas y amor, bailes en bicicleta. Berenjenas gratinadas hoy para la cena, perreando sin prejuicios por las calles de pucela. Con estilo y mucha cumbia, rebelión hortera, dale prima échale ganas, se viene la gozadera. Que si chacho, más pedales y menos motor, si no podemos bailar no me hables de revolución. Nunca olvidaré aquellas palabras, las de mi vecina en una noche de San Juan, crecimos jugando en el barrio de las Batallas, y ahora aquí juntas libramos batallas para avanzar. Ejemplo de lucha, de tirar para alante, con ovarios, contra un mundo, desafiando su poder, cuestionar lo existente, rechazar lo dominante, despertar sin la certeza de que podremos vencer. Contratiempos sincopados, sin mirar para otro lado, chicas rudas, chicos rudos, construyendo barrio. Y por si alguien tenía dudas: emo es punk, pijo es basura, haciendo algo verdadero lo de la contracultura. Aquellas que un día hicieron lazos por unas ideas, compartimos mil historias conspirando en la cencella, hicimos mil fotocopias para dejar de ser copias, del rebaño, de la masa, para brillar con luz propia. Las colegas exiliadas del desierto castellano, la unión que un día forjamos que dure por muchos años, esos punkis de Tetuán, veganismo y humildad, me enseñaron que el hardcore nunca será aparentar. Ideas de rebelión para destruir el poder, pues aquí siempre negamos de callar y obedecer, indagando o sembrando, semillas en el asfalto, las ortigas por las calles poco a poco van brotando. Doble o nada es nuestra apuesta, insurres de fiesta, ideas en las cabezas que ahora ya no llevan crestas. Dime qué es lo que puedo hacer, como podremos vencer, tantos son los rostros que tiene el poder. Las fuerzas libres del interior de las pasiones, el ruido bello que suena en vuestros corazones, un mundo lleno de apariencia y escasez de acciones, aquí no hay maquillaje que oculte los moratones. Muchas nos decían que era temporada, que se pasaría pronto la bobada, pues aquí seguimos, mírame a la cara: la vida que elegimos no la cambiamos por nada.