Encontré la inspiración en lo que compartimos, momentos para avanzar en nuestro camino, el amor que enciende el fuego que nos conecta, la llama salvaje que nos alimenta. El odio hacia quienes nos domesticaron, sus valores, sus cadenas que sonrisas arrebatan. La belleza la encontré en vuestras miradas, no en escaparates ni en sus mercancías. Coraje y orgullo en momentos duros, afrontar los golpes que tocan profundo. Avanzar en estos días, cuidando nuestras heridas. De nuevo vuelvo a perder esta batalla infinita, otra vez me equivoqué y en la piel tiritas. Febrero es efímero, el frío nos atrapa, las calles vacías, la gente en sus casas. Cansados ya de dar tantas vueltas, tantos pasos, es jodido vivir siempre anclados en el fracaso. Ya no se que hacer, desmotivación, solo en el andén de aquella estación. El tren de la vida, colgando de un cable, saltos al vacío en este engranaje. Nómadas sin prisa, el fuego y la risa, la pólvora estalla, destruye sus normas. Vallas, vayas donde vayas, solo veo vallas allá donde pisas. Vallas, vayas donde vallas, solo veo vayas y pocas sonrisas. Un rumbo entre tantos, uno más del rebaño, me escondo en el bosque, cansado del pasto. Ostias en bici que no admiten fracasos, me quemó el asfalto. Cuesta abajo y sin frenos, en plan suicida, como caídas en sueños que por suerte olvidas, laberintos de hormigón, puertas que se giran, barreras invisibles que bloquean la salida. El anhelo de tus ojos y su delicado enfoque, momentos de choque. Poder vivir poesía y no quedarnos con la prosa, que veo gestos guapos y muchas cositas bellas, en vuestros corazones, que brillan como estrellas, que eres capaz de tanto si pones empeño y fuerza. Confío en la gente, a pesar de todo, siempre hay muchas trabas pero es lo de menos, es lo que me inspira, me mantiene lleno, al menos diremos que con fuerza lo intentamos. Mi patria mi gente, por ellas a muerte, yo no creo en más nación que la de mi mente, seguimos para alante, bailando entre niebla, no tenemos suerte pero eso qué importa, si os tengo a mi lado. Las cicatrices nos recuerdan que el pasado fue real, y tu rostro me demuestra que esto mereció la pena, a veces me como el mundo y otras la fragilidad me golpea por segundos y me convierte incapaz de enfrentarme a los problemas que la vida nos plantea, con sus ritmos, con sus dogmas, con sus normas y demás, dar la cara ante el abismo no es algo que sea sencillo, pero mirar a otro lado me revienta mucho más. Átomos sueltos, vidas paralelas, buenos momentos y también secuelas, interconectados, focos de lucha, la autonomía de quienes se escuchan. O al menos lo intentan. Vivir deprisa, sin hacer amagos, cabezas rotas, recuerdos helados, aquellos días esq tras la capucha el misterio guardas, esos secretos que el silencio atrapa. Fue divertido volver a verte, siete de febrero día de la buena suerte. Por la mañana despierto, buscándote en la oscuridad, por la mañana resisto a los golpes de la gravedad, huelo tu hueco y te pierdo, y me jode que no… Esos conciertos, con esa gente, seguir creciendo, es diferente, los años pasan y aquí seguimos, bien cabezones y resistimos. La verdad que con amor, con cariño de corazón, desmontando privilegios de nuestro oscuro interior, la verdad que aquí seguimos. ¿Dónde acabará el camino? y ¿qué vendrá?