Valora el tiempo que luego pasa. Que pronto duele, enseguida abrasa. Tu tan azul, yo tan naranja, con su acidez, con su fragancia. Rugosidad, guardando el gusto, la suavidad del río y fluyo, instantes grabados a fuego, ralladas, plasmas en el tintero. Cristales rotos hay por el suelo, de aquel tarro con sus comeduras, diciembre llega esperando a enero: ¿Qué nos traerán nuevas aventuras? Bailando duro, como la Pina Baush, las canciones de siempre resonando en la mente, un teclado desgarra el cerebro a pedazos, las válvulas del hammond son como un buen abrazo. Amanecer bailando, nuestros cuerpos conectados, yo no hablo de evadirse, yo no te hablo de gramos. Te hablo de la pasión que destila el movimiento, te hablo de darlo todo como un último verso. El caos es bello, entretanto orden, ropa en el suelo, que no desborde. He malgastado noches de insomnio, y no lo dudes, es mejor sobrio. Con la falsedad de cada trago, cientos de máscaras en cada sábado, no decimos nada más que mentiras, y mientras tanto, pasa la vida. He malgastado noches de insomnio, soñando con estar a tu lado, cientos de noches que he malgastado, y no te encuentro en ninguna parte. Café de lunes, luz en la cara, te veo de nuevo, diez de la mañana, tráfico denso, vidas de mierda, rutina vuelve, nueva semana. Ahogados como pez en el barro, autómatas en un laberinto, ¿Te he dicho ya que reventé el tarro?, espero que siempre quede instinto. Me bastan más unos buenos actos, que muchas letras y habladurías, con más pasión, miradas sinceras. Me aburre tanto la teoría. Viviendo adelante y con alegría, derribando muros y lamiendo heridas, el invierno llega como la inspiración, el frío congela dentro de esta habitación. Rompe las cadenas, libera tus miedos, mata al policía que llevamos dentro, la razón me frena, me quema el orgullo, que nadie te impida vivir lo que es tuyo. Y los años pasan, la gente abandona, unas ya petaron, para otras era moda,y yo me pregunto qué será del resto, dentro de unos años ¿Que haremos haciendo? Miedo a la derrota, miedo al aislamiento, pero las ideas siguen vivas aquí dentro. Miedo al aislamiento, comiendo cemento, miedo a acabar solas y a melodías sin notas. Me bastan más unos buenos actos, que muchas letras y habladurías, con más pasión, miradas sinceras. Me aburre tanto la teoría.