Inefable

Ni siquiera fuimos capaces de intentarlo, quisimos desprendernos de aquello que hicimos. Inefable existencia que nos abrigaba, disturbios en el alma, no nos resistimos. Océanos de tinta mancharon los sueños, relatos y resquicios de algo tan enorme, quisimos ser el fuego que quemase el templo de tantos privilegios muros y cimientos.

Empezamos con ganas, no nos advirtieron que sería más difícil que en la teoría, que dolería tanto enfrentarse al resto, a veces echo en falta un poco de alegría. Ya casi ni me acuerdo, menos mal que lo escribí, pues fallan las neuronas cada vez más fuerte. Ya no quiero ni verte, me produces rabia, el dolor es pasajero, solo viene y pasa.

Lo que pasa es que, viene cada vez más fuerte.

Bailes intensos entre Nepal y Brasil, tardes de río, sedición y frenesí. Bellos poemas, literatura prohibida, bibliografía de nuestras heridas. La cita inexistente, las referencias, el mapa del presente, interferencias, huelo tu hueco, siento tu ausencia, solo escribiendo conservo la paciencia.

Otra entrada más en la lista de fracasos, pero cada uno trae consigo una nueva victoria, demasiada lluvia, gotas que colman el vaso y aún así aquí sigo, convencido de mi trayectoria. Echo de menos echarte de menos y que se mueva por dentro todo lo que tememos, no creo en la suerte, este fuego me abrasa, el dolor es pasajero, solo viene y pasa.

Lo que pasa es que, viene cada vez más veces.

_____

Inefable: aquello que no puede ser expresado con palabras

Lluvia

Tormenta sin rostro, bendita locura,
bañaste mis ojos en piscina oscura.
Las calles, las olas, las grietas, los bancos,
pisuerga a la orilla, los cantos en charcos.

Chispazos de ausencia, el agua en mi barco
quisiste navíos remando en tu encanto
Las noches, los faros, el tacto, los tragos,
amargo es el labio que tanto ha callado.

Y a lo lejos, aquella nube de polvo húmedo,
aquel suspiro por verte en el inframundo.
Nuestras vidas se deshacen como el tiempo,
nuestra esencia es el instante, es petricor.

Es niebla de cuando el sol se diluye en el asfalto
su humedad, sus dirección, las esquinas de mi canto.
Las Aceras solitarias, como el campo de esta tierra,
las heridas de tu rostro, aquí nunca hay primavera.

Refugio

Cámbiame la vida para siempre, me dijiste una vez,
más no te hice caso pues a mi pesar.
Los huesos de esta mente se torcieron sin saber
qué pasaba en los adentros de su malestar.

Adheridos a un esquema que no deja ver
los escombros del pasado más allá del susto.
Invisible la elocuencia, me asombraba al parecer
que ya nada nos sirviera para este discurso.

Refugio, vuelvo a redactar,
el dique se alimenta de retratos sucios.
Apego, lo deseché al crecer,
sentía que no iba siguiendo su curso.

Deslumbrar, conversación a oscuras,
convenzo a los instintos para que me hagan caso.
Susurro, se condensan las dudas
adscrito a la locura del propio fracaso.

Tropiezo y no es la primera vez,
diluyo las caídas en mi propio vaso.
Parece que vaya a echar a arder
la leña se secó y ya te has marchado.

Décadas de alas prohibidas, búsqueda en cada rincón,
duermo en la guarida que es mi solución.
El lugar donde contemplé la paz de esta niebla gris
que desfila en la ciudad.

Olvidé tus ojos, ya ni los recuerdo,
desearía que tu brillo me alumbrase un poco más.
Comenzando un estribillo para seguir cuerdo,
anhelando un campo abierto donde poder caminar.

Verano a la vuelta de la esquina,
las piernas contra el aire, pulso en la retina.
Miradas que dicen tantas cosas,
interpreto el trayecto de tus mariposas.
O las mías puede ser, perspectivas del ayer,
conservar a las amigas importante ¿no lo crees?
Relaciones, compromiso, son la base de este todo,
el truco del laberinto para no cruzarlo solo.

Brota, lanza la pelota,
balones fuera es fácil pero deja el alma rota.
Construye, no parches, cose duro,
firmeza en el camino, proyección hacia el futuro.

Presente, presencia de contexto,
me encuentro otra vez solo escribiendo un nuevo texto.
Semillas, rompiendo el pavimento,
deambular en mi nada de escondites de cemento.

Poesía, me pierdo,
las nubes, tu cuerpo,
desearía tu tacto
llenando mi aliento.

*Leños perdidos que el mar anega o levanta*,
polvo del pasado en la maleta almacenada.
Recojo despacio el desván de mis puñaladas,
a lo lejos yace mi nave estancada.

Añicos sus esquemas, las sirenas callan,
por sal en sus estruendos de este océano en calma.
El cielo nos resguarda la tormenta es dura,
pero en cada universo mi estrella es tu casa.

*No me dejes nunca más perder lo que he ganado
pues derrotas hay de sobra tiempo en mi navío,
decorando las aguas de este mar enloquecido
con las hojas de tu amor en este otoño enajenado.*

*Referencias a algunos poemas devastadores de Lorca y Cernuda

Fantasmas

Para deshacer al fin, el hielo del gran iceberg, que esconde en su raíz el ser de aquello que no puede descifrar. Estrofas para reparar la herida que desbordó en mi, secuelas en granate y gris, impongo llagas en la piel. Para qué una nueva canción, si el vértigo se queda aqui, nos roba rostros de ilusión, la alegría que habita en mí. Caídas para revivir, amigas para no olvidar, las calles de valladolid, paisajes de nunca jamás.

Pienso en huir de fantasmas etéreos y empieza la cuenta atrás. El sol tras el cristal me abrazo a la nada, carretera helada.

A veces me duele gritar, me siento en guerra en una paz, aquí no morimos de sed, tal vez se muera por llorar. Miradas que deslumbran voz, iniciaron aquel rugir, de espigas en la planitud nevada en este invierno gris. Retratos que abrieron la luz, frecuencia que me dió el control de rescatar felicidad en el espectro del dolor. Las noches en las que te ví a lo lejos sin poder hablar, recuerdo que ya te perdí, nos quedará siempre soñar.

Pienso en huir de fantasmas etéreos y empieza la cuenta atrás. El sol tras el cristal me abrazo a la nada, carretera helada. Sacar, la nube de dentro, sostiene el cimiento de un mundo que gira en su duelo, Buscar en aquel recuerdo la voz del subsuelo y vuelvo a tropezar.

[¿una imagen vale más que mil palabras?]

Desierto

Fuimos testigos de lo que pasaba alrededor
La frustación de ver morir lo que regabamos

Palpita el tiempo, perdido el equilibrio entre tu voz
A la deriva, navegando en mi desierto.

Selvas sin troncos, nubes y hogueras,
planos que anhelan la inmesidad deshabitada

se anticipaba cada suspiro
cada mañana de derrotas y legañas

No retroceder, y seguir sembrando el caos,
soñar otra vez, con un mundo anarquico.

Mensaje encriptao, desaparecer,
y ahora aqui de nuevo todo parece desértico.
Todo lo veo desertico.

Campo amarillo, vibra el silencio
el futuro se escapó perdido entre el viento.

Es el camino, son las repuestas,
vidas de inercia, marcar latencias
reconfortaba mi soledad dando color al viejo gris de las secuelas
alimentaba la oscuridad con
el efímero sabor de tus ideas.

Volver a sentir, otro paso en cada decisión.
Volverán a arder las mentiras que nos abrigaban.
Historias de ayer, desterrar por fin este dolor.
Despedir el tren, sobre esta tierra quemada.

Volver a sentir, rescartar el gesto de tu tez,
volverán a arder, los pilares que nos soportaban.
Mañana podré, observar al fin el resplandor.
Reflejar mi ser, en el calor de tu mirada.

Valladolid

Desaparecer, de las calles donde un día crecí. Donde escribí las canciones que aliviaron el dolor. Se apagó la luz, no hay nadie a tu alrededor el desierto nos congela, siento un gran vacío en mi interior. Naufragar sin red, pues no acudió a rescatar a tu corazón, que se ahoga en un rincón. La inseguridad, me siento como si no perteneciera a casi ningún lugar.

Y mirar atrás, siento un choque en cada dirección, otro paso más, y aun me acuerdo de tu voz. No puedo olvidar, se estremece el interior al pensar en todo eso que un día nos unió. Quiero caminar, abandonar la ciudad tatuado el mapa, sin saber a dónde vas. Dosis de nostalgia, resquicios de afinidad las plazas vacías, buscando un lugar.

Y aún nos queda el fuego, que se esconde en tus pupilas que abriga el invierno, el tiempo cerrará heridas. Se perdió el futuro en estas calles tan frías almacenando hacia dentro trazos de una vida.

/Valladolid/

Noche

 

 

La energía se acabó, ya no tienes más
suenan las alarmas de tu soledad.
Quién puede afirmar que está bien o mal
quién puede sentirse libre para no juzgar.

Muchas horas sin dormir, la cabeza te traiciona
y los gritos que allí viven quieren escapar
alcanzar ese lugar donde brillan las farolas
en las noches que hablabas a solas.

Universos infinitos, cada loco con su tema
vidas paralelas, bajadas de intensidad
rotos en añicos, el corte en las yemas
una espiral que envenena.

No puede ser sano vivir adaptado
a un sistema enfermo de tortura y sumisión
no cesan los rayos, se oyen los disparos,
el silencio que acompaña los tormentos de esa voz.

Construidos en ladrillos de los social
una cárcel invisible que no logras derribar
quien ha dicho que, se existencia no es real
quien puede sentirse a salvo en ese lugar.

Muchas horas sin dormir, la cabeza te traiciona
y los gritos que allí viven quieren escapar
abandonar lugar donde no pasan las horas
en las noches que hablabas a solas.

Universos infinitos, cada loco con su tema
vidas paralelas, bajadas de intensidad
y todo vuelve a temblar, cuando el sol se apaga
vértigos y oscuridad, y otra vez vuelve a empezar.

No puede ser sano vivir adaptado
a un sistema enfermo de tortura y sumisión
no cesan los rayos, se oyen los disparos,
el silencio que acompaña los tormentos de esa voz.

Dinamita

Miras ahí fuera y a lo lejos un total vacío
entre los golpes de una nube, de brazos sin luz.
Algunas no pudimos soportar este gran frío
que se colaba en los resquicios de la multitud.
Cientos de veces has pensado en no hacerte más líos,
pero por suerte vuelven ganas de volver allí.
Fuimos conscientes de todo aquello que nos perdimos,
de las historias que tejimos.

Que las sonrisas nos guarden, en los momentos más duros
y las cenizas de lo que somos nos recuerden que fuimos ayer
que el ruido de estas canciones nos ayude a seguir vivas
y los orgasmos y la dinamita nos hagan fuertes otra vez.

La soledad de aquellas tardes pensando en lo mismo
de las ideas escondidas en ese cajón.
los folios fluyeron llenando el tedio del abismo
y la razón de nuestro instinto desapareció.
Carreras calle abajo buscando las pistas,
comiéndonos la boca en lágrimas de se.
Tragar saliva amarga, dulces de nostalgia,
la horizontalidad nuestra fragancia.

Que las sonrisas nos guarden, en los momentos más duros
y las cenizas de lo que somos nos recuerden que quisimos ser,
que el ruido de estas canciones nos ayude a seguir vivas
y los orgasmos y la dinamita nos hagan fuertes otra vez.

Trinchera

Y que los cristales se los lleve el viento, ya no encuentro el filo brillante a mi lado, el suelo está frío, el invierno acecha, nebulosa brisa que me has regalado.

Renegar es fácil, lo duro es ser firme, pero la aventura me ofreció un regalo, entre vacaciones y salir corriendo, de las redes de oro frágil desgastado. Puntos e inflexiones, rectas y alborotos, lo huelo y lo noto como un gran chuvasco, bajas de reservas aguardas la llama, que encienda de nuevo arterias apagadas.

La vida me sabe mal si no estás aquí a mi vera, oscuro gris infernal se torna la primavera, espera, ¿qué es lo que hicimos mal? la calma me desespera, me asusta lo que vendrá, el ritmo se me acelera.

Respiro en la mancha barullo de máscaras, legañas que vagan en ríos de masas, paradas de manos, tensión por los brazos, sontener lo que eres genera un impacto. Choques y chalecos, decorado y plástico, limpieza podrida en este sucio atasco, el valle congela sus vidas, sus flores, el fuego que quema de nuevo tu calendario.

La vida me sabe mal si no estás aquí a mi vera, oscuro gris infernal se torna la primavera, espera, ¿qué es lo que hicimos mal? la calma me desespera, me asusta lo que vendrá, el ritmo se me acelera. Aquello que es lo normal, el calor de la trinchera, barreras hay que saltar, el sudor de la carrera.

Cuchillos

Ya ves, siempre esperé demasiado, y al fin encuentro el silencio en tu rostro que viene hacia mí, poder, se afila en el trazo, se vuelve importante y así, cuchillos clavados en cada resquicio de los adentros…

Crecer, pues pronto vuelven a la mente aquellos recuerdos, aquella pared. Pretérito esclavo, viviendo arrastrados, a gatas bajo su poder. Si no lo has notado, el tacto ha volado hacia allí, vivir incomunicados en un mar profundo, parece que siempre fue así.

Ya ves, siempre esperé demasiados abriles por mí. Seguir, quedaron vacíos todos los discursos que hablaban de ti. Correr, hacia ningún lado esperando el momento de verte partir, armarios cerrados, desnudos, mojados y el sol ya no quiere salir.

Mirar, con llanto al pasado de lo que perdiste en las calles de aquella ciudad, historias de cuando sentías que el fin llegaría y no habría nada más. Dolor, su mundo, su llanto, su risa, su miedo envenena tu ser, rechazo de tantos, aquellas sonrisas que ya nunca van a volver.

Querer que no haya una voz en los ecos que diga que nunca me ha visto feliz, rallar la carcasa de mis cicatrices y no hallar raíz, rompernos los huesos, incómodos, tiesos en cada nuevo amanecer, las calles vacías y ni si quiera tengo ganas de volverte a ver.

Ya ves, siempre esperé demasiados abriles por ti. Seguir, quedaron vacíos todos los discursos que hablaban de mí. Volar, y observo tus ojos mostrándome aquello que yo nunca vi, armarios cerrados, desnudos, mojados y el sol ya no quiere salir.